Juan Alfredo “Chato” Carrizo recibió un año de prisión preventiva dictada por el el juez de Garantías, Sergio López Martí, por el asesinato de Camila Nicole Bajinai ocurrido de un disparo en la cabeza el sábado en la madrugada en el interior de la barrio Echeverría, en Capital. La medida había sido solicitada previamente por el fiscal de la UFI Delitos Especiales, Francisco Micheltorena, durante la audiencia de formalización que se realizó durante la tarde de este lunes.

En esa instancia el propio Carrizo dio su versión de los hechos. Sentado frente a las autoridades judiciales y esposado, el acusado del crimen esbozó su defensa al decir que no tuvo intenciones de matar a la joven de 22 años, sino que tenía en la mano un revólver calibre .38 para amedrentar a los partícipes de una pelea, en la que participaban sus sobrinos.

De acuerdo con su declaración, la disputa se desató después de que un joven salió de comprar droga en la casa de Bajinai. En ese momento se cruzó con los parientes de Carrizo y luego, según contó, se sumaron los familiares de Nicole. “Querían entrar todos a mi casa, yo no sabía qué hacer porque estaban las niñas adentro. Cuando la chica me empezó a agarrar yo tenía el arma y le dije que me soltara. Ahí le pegué en la mano y salió el tiro. No fue mi intención lastimar a esa chica”, señaló ante el juez.

Tras escucharlo, el magistrado envió a Carrizo al Servicio Penitenciario Provincial donde cumplirá con la prisión preventiva. Anteriormente a escuchar la resolución, el imputado solicitó estar solo en una celda porque dijo temer a que los familiares de Bajinai hagan justicia por mano propia.

El hecho de sangre ocurrió alrededor de la 1.30 de la madrugada del sábado cuando, según la Justicia, se produjo una pelea entre bandas en la intersección de las calles Catamarca y Benavídez, que terminó de forma fatal en la Manzana “A” del barrio Echeverría, a pocos metros del cruce de Rogelio Cerdera y Sarmiento.

Ahí fue cuando Bajinai recibió “a boca de jarro” un disparo cuya bala ingresó por detrás de su oreja izquierda dándole muerte de forma inmediata, pese a los intentos por trasladarla al Hospital Guillermo Rawson para su atención.

En el patio trasero de la Casa 10 de la misma manzana, se halló un revólver calibre .38, con cinco cartuchos en su tambor y una vaina servida, confirmando el uso de un arma de fuego en el asesinato.

Después de varios rastrillajes casa por casa, a las 2.10 horas se logró la captura de Carrizo. El agresor había intentado huir, ocultándose en el techo de la Casa 13 de la misma manzana, donde fue finalmente aprehendido por las fuerzas de seguridad.