En la noche del pasado viernes se terminó el ciclo de angustia que por once días mantuvo en vilo a la familia de Alejandro Cabrera, el joven sanjuanino de 17 años que desapareció en las aguas de la Avenida del Mar, frente al sector de Cuatro Esquinas, luego de ser arrastrado por el oleaje. Y es que la Armada de Chile confirmó la identificación del cuerpo que, este jueves, fue encontrado flotando a unos 500 metros del lugar donde se concentró el operativo y estaba instalado el puesto de mando. La ubicación, considerada inusual para este tipo de casos, respondió a una serie de factores oceanográficos que incidieron en la deriva del cuerpo.

El capitán de Puerto de Coquimbo, Daniel Sarzosa, quien lideró el operativo, explicó que en la zona confluyen corrientes marinas irregulares y profundos pozones submarinos capaces de mover cuerpos bajo el agua durante días. “Fue una serie de factores, como las corrientes que se registran en el lugar, que pudieron haber estado moviendo el cuerpo bajo la superficie. También hay pozones muy pronunciados en el fondo”, detalló.

Añadió que el cuerpo apareció a aproximadamente tres cables de costa, más allá de la rompiente, un sector que buzos y salvavidas rastrearon exhaustivamente, incluso cinco veces en ciertos pozones. Los especialistas identificaron, con apoyo tecnológico del Cuerpo de Bomberos de La Serena, hoyos submarinos de entre 5 y 20 metros de profundidad. Estos pozones, sumados a cambios en la geomorfología producto de las variaciones de marea, habrían sido determinantes.

“La corriente submarina pudo haber estado trasladando el cuerpo. Y la geomorfología ha cambiado bastante. Hay expertos que atribuyen parte de esto al cambio climático”, indicó Sarzosa.

El caso resultó especialmente complejo para los equipos de emergencia, pues las predicciones habituales indicaban que el cuerpo podría emerger días después en sectores como Punta Teatinos o Peñuelas, pero nada de ello ocurrió: Alejandro fue encontrado justo frente al punto de desaparición, un comportamiento poco común en relación con la experiencia previa en la zona.

La búsqueda oficial había sido suspendida días atrás para optimizar recursos, aunque sin detener completamente el rastreo. “El gobernador marítimo dispuso que nuestras patrullas siguieran funcionando y rebuscando”, precisó Sarzosa.

Finalmente, fue la lancha patrullera Coquimbo la que encontró el cuerpo. En todo caso, la decisión de suspender parcialmente las tareas se basó en la experiencia: en la mayoría de los casos, los cuerpos emergen alrededor del séptimo día. Esta vez, sin embargo, ocurrió recién al día once.

Tras el hallazgo, la primera acción del capitán de Puerto fue informar personalmente el hallazgo a la familia para evitar que se enteraran por la prensa. Aunque existía una alta probabilidad de que se tratara de Alejandro, el oficial recalcó la necesidad de respetar los protocolos: “Les dije que no estaba confirmado, pero que las probabilidades eran altas”, explicó.

Cabe recordar que el operativo oficial involucró a múltiples entidades: bomberos de La Serena y Coquimbo, equipos municipales, salvavidas, pescadores y surfistas, en una coordinación que Sarzosa destacó positivamente. “Agradecemos a todos quienes se hicieron parte del trabajo. Finalmente pudimos entregar algo de tranquilidad a la familia”, sostuvo.

Fuente: El Día