Este viernes, en una entrevista en Radio Colón (FM 106.3) el exgobernador de San Juan, Jorge Alberto Escobar, reveló un capítulo hasta ahora poco conocido sobre el nacimiento de la minería a gran escala en la provincia. En el centro del relato aparece una figura clave del negocio: Peter Munk, fundador y CEO de Barrick Gold. La escena es casi cinematográfica: Escobar destituido, fuera del juego político, y Munk cruzando la cordillera para buscarlo directamente a él.

Escobar recordó que estaba “destituido”, afuera del circuito y trabajando en silencio cuando, de pronto, recibió un mensaje insólito: “El presidente de Barrick Internacional está en San Juan y quiere hablar con usted.” En ese contexto de debilidad política, el exgobernador decidió recibirlo en su casa. Allí, según su propio relato, apareció “un personaje Peter Munk”, con quien habló en un híbrido de inglés, spanglish e intuición.

La frase que Munk soltó en la mesa todavía impresiona a Escobar. Fue textual: “Mire, quiero comprarle toda la cordillera de San Juan.” El exmandatario cuenta que su reacción inmediata fue aclarar lo obvio: él no era gobernador. Munk lo interrumpió con seguridad: “Por supuesto que lo sé”. Y el sanjuanino agregó: “No sé si usted sabe que tenemos un instituto que se llama IPEEM, que es el que licita las áreas. Así que aunque fuera gobernador, debería presentarse igual” ante el instituto que regula las áreas de exploración y explotación minera.

Pero Munk no hablaba de trámites. Hablaba del futuro. Con una certeza que Escobar todavía repite sorprendido, el fundador de Barrick le dijo: “Usted va a volver a ser gobernador”. Y cuando el sanjuanino le preguntó cómo podía estar tan seguro, Munk remató con una lógica empresarial implacable: “¿Usted cómo cree que soy presidente de una compañía como esta?”

El diálogo subió un tono más audaz cuando Munk le explicó por qué se dirigía a él y no a otro dirigente: “Porque usted es prominero.” Y fue más lejos: “Vamos a apoyarlo. Si usted hace campaña y se presenta, vamos a apoyarlo económicamente para que sea gobernador”. Escobar asegura que agradeció la oferta, aunque finalmente no la necesitó: la Corte dictó su restitución en el cargo antes de que una campaña fuera necesaria.

Tras la resolución judicial, el exgobernador decidió llamar al magnate canadiense. “Peter, my friend”, recordó entre sonrisas, al agradecerle el respaldo prometido. La respuesta de Munk fue inmediata: “El apoyo que pensábamos dar sigue igual. Elija una obra en San Juan que Barrick la paga”. Escobar eligió una: la reconstrucción del hospital neuropsiquiátrico. “La provincia estaba en una malaria total. ¿Qué podíamos hacer? Hicimos de nuevo el neuropsiquiátrico”, comentó.