En el marco de la 5ª Audiencia Pública por la Revisión Tarifaria Ordinaria del quinquenio 2026–2031, el Sindicato de Luz y Fuerza llevó una serie de fuertes cuestionamientos a la gestión de Naturgy, centrados en la falta de personal, la precarización laboral y el impacto directo que esto tiene en la calidad del servicio que reciben los usuarios.
“La primera conclusión es que desde que la empresa Naturgy desembarcó de manera directa en la administración, hace aproximadamente un año y medio, se empezó a aplicar un modelo que no se ajusta al servicio eléctrico”, sostuvo a DIARIO DE CUYO Lilia Martin, secretaria general del gremio. Según explicó, la firma multinacional, cuyo principal negocio es el gas, trasladó a la distribución eléctrica un esquema de gestión que desconoce el marco regulatorio vigente en San Juan.
Martin remarcó que el contrato de concesión y la ley marco establecen claramente que la empresa debe contar con una dotación de personal adecuada y suficiente para garantizar la calidad y continuidad del servicio. “Eso hoy no ocurre. Energía San Juan tiene entre 40 y 50 trabajadores menos en su planta propia”, aseguró.
De acuerdo al convenio colectivo de Luz y Fuerza, la empresa debería contar con 190 trabajadores para atender el servicio. Sin embargo, ese número se fue reduciendo por jubilaciones y retiros voluntarios, sin reposición de personal. “Esa falta se cubre con empresas contratistas, pero ahí aparece otro problema grave: los trabajadores no están encuadrados en el convenio de la actividad, sino en el de la construcción, lo que constituye un fraude laboral”, advirtió.
La dirigente sindical señaló que esta práctica no solo genera mayor rentabilidad para la empresa, sino también una “precarización absoluta” de las condiciones laborales. “Estamos hablando de un servicio esencial y de una actividad de alto riesgo. El convenio existe justamente para contemplar esos riesgos”, explicó.
Desde el sindicato también presentaron indicadores oficiales del EPRE que, según indicaron, evidencian el deterioro de la calidad del servicio.
La falta de personal idóneo, especialmente en tareas de mantenimiento, fue otro de los puntos críticos. “Este año hubo accidentes graves, algunos con riesgo de muerte, porque el personal de las contratistas no está suficientemente capacitado. Hay mucha rotación: les pagan poco, entran y salen, y eso es peligrosísimo”, sostuvo.
Además, el gremio denunció la ausencia de un plan serio de capacitación y de higiene y seguridad, tal como lo exigen las normas de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. “En electricidad, si no hay actualización permanente de conocimientos, el trabajador se confía y se puede matar o provocar un accidente a un compañero”, alertó.

