Una familia que reside en el asentamiento Evita, en La Bebida (Rivadavia) está viviendo una dramática situación. Adriana Navarro, su pareja y sus tres hijos (gemelos de 15 años y una nena de 10) se las tienen que arreglar para vivir en una pequeña pieza que les quedó después de que gran parte de su rancho se derrumbara.
Adriana, de 38 años, explicó que el inicio del problema fue cuando la vivienda comenzó a agrietarse. La lluvia no perdonó y el 3 de junio la cocina-comedor del rancho se les vino abajo.
Desde ese momento, el día a día de la familia se volvió todo un drama. En la pequeña pieza que les quedó guardan algunos muebles y electrodomésticos, mientras que a otros los llevaron a casas de vecinos. Sin embargo, una gran parte del mobiliario quedó a la intemperie y como pueden los tapan con nylon.
Pese a la adversidad, la familia no dejó de realizar la actividad que les permite sobrevivir: la venta de pan y semitas. Para ello, tienen que amasar y hornear al aire libre, puesto que la cocina quedó afuera tras el derrumbe.
"Tratamos de levantarnos y seguir adelante", expresó Adriana, a la espera de que alguien la ayude a solucionar su problema.