Construir una pista allí, enclavada en los cerros de aquella enorme quebrada, era un sueño impensado que había imaginado un niño. Hugo José Montes Romaní, lo había pensado a muy temprana edad, sin saber que llegaría a ser ingeniero y se transformaría en Ministro de Obras de San Juan, lugar desde el cual entusiasmó a todos con su idea. Modificar aquel espacio, bañado por las ráfagas Zonda, generó todo tipo de debates. Que era muy complejo, que el dinero que se necesitaba era demasiado, que el contexto económico no era el adecuado e, incluso, que se trataba de una obra que sólo les daba el gusto a unos “locos”. Todo eso se hablaba. Sin embargo, las autoridades dieron la autorización para el desarrollo de la obra. Finalmente, el 8 de octubre de 1967 se inauguró el Autódromo El Zonda y con un plus: contaba con el visto bueno nada más y nada menos que de Juan Manuel Fangio.

La traza del autódromo enclavado en la montaña después de su construcción.

Hasta la inauguración del autódromo, las carreras se disputaban en San Juan en trazados callejeros y en el Parque de Mayo. Pero por un accidente, esta actividad quedó prohibida. De hecho, en julio de 1967, la Asociación Sanjuanina de Volantes tuvo que organizar una fecha del Turismo Mejorado en pista del aeropuerto, para no perder la fecha.

Antonio Meritello Lampazona, presidente de la Asociación Sanjuanina de Volantes por aquel entonces, le trasmitió al gobernador Leopoldo Bravo, la necesidad de que la provincia tuviera su propio autódromo. El Mandatario comprometió su apoyo. De esta manera, Montes Romaní junto a la directiva de la Asociación partieron hacia el terreno donde se construiría el futuro autódromo.

Los puentes característicos del mítico autódromo.

A ese trozo de la Quebrada de Zonda se accedía tal como ahora, siguiendo la ruta de entrada al parque Federico Cantoni y luego de pasar por el Jardín de los Poetas. Era una meseta árida, con arbustos pequeños, pobres, escondida entre las montañas, que ofrecía al visitante una belleza natural estupenda. Montes Romaní manifestó: "El autódromo va a estar aquí. Hay que ganarle al cerro y listo''.

El gobierno comenzó los trabajos a través de Vialidad Provincial, el Ing. Miguel Yolando Carmona, titular del organismo, les encomendó a los ingenieros Romano Petrini y Alberto Olivera la proyección del circuito. Yolando Carmona comentaba que "visité autódromos y también nos dieron planos de autódromos en Alemania, en Monza, todos de Fórmula Uno. La cuestión es que el proyecto era grande para el lugar que teníamos asignado sin tocar otros espacios. Nos dijeron que era corto porque debía superar los tres mil metros, por eso peligró el Jardín de los Poetas, pero en definitiva respetamos los lugares y así nació el rulo”.

"El rulo", la marca emblema del autódromo sanjuanino.

La obra finalizó 5 ó 6 meses antes de los previsto y la pista, con un recorrido de casi 3.300 metros, asombró desde ese momento por su caprichosa y espectacular construcción en medio de las montañas, en cuyas laderas retumba el sonido de los motores. Aún hoy, el circuito está catalogado como uno de los más difíciles y pintorescos del país. Eso, por su particular trazado y por la espectacular visión panorámica de la pista que ofrece a los espectadores que, en su mayoría, se ubican en las tribunas naturales que improvisan los cerros, como si fueran verdaderos balcones sobre el autódromo.

Fue casi en la terminación de las obras que el quíntuple campeón mundial de Fórmula Uno, Juan Manuel Fangio, visitó el autódromo. "El Chueco'' se internó en el corazón de la pista y en los cerros para ofrecer su opinión desde el punto de vista técnico del flamante trazado, ante las autoridades de gobierno y de la Asociación Sanjuanina de Volantes (ASV).

Cuando regresó a Buenos Aires, el piloto expresó: "¡Es el mejor autódromo que vi en mi vida!''. Aquel domingo 8 de octubre, durante la inauguración, Fangio también estuvo en el lugar junto a otras glorias del automovilismo.

El día de la inauguración, el autódromo estuvo repleto a pesar del calor. Durante esa jornada ganó un piloto sanjuanino cuyo nombre lleva el autódromo desde 2000: Eduardo Copello.

Finalmente, llegó el día de la inauguración y, pese al intenso calor, debido a que durante la jornada la temperatura llegó a los 40 grados en la sombra, una multitud copó el cerro. Ese día ganó un piloto sanjuanino cuyo nombre lleva el autódromo desde 2000: Eduardo Copello.

Los hitos históricos del autódromo enclavado en la Quebrada

* El Autódromo El Zonda, nació grande

El 8 de octubre de 1967, la carrera Turismo Carretera que se disputó para la inauguración contó con la presencia de personalidades del calibre de Juan Manuel Fangio, Oscar Alfredo Gálvez, Oreste Berta, Froilán González, Arturo Krause, Raúl Riganti, entre otros.

Mientras se corrían las diferentes series y la final, los elogios al flamante circuito fueron tanto de parte del público como de los especialistas. César Carman, presidente del Automóvil Club Argentino, dijo que “es sencillamente extraordinario. He conocido varios autódromos y puedo compararlo, por la belleza que lo rodea, con el de Nurburgring (Alemania)”.

Por su parte, el entonces titular de la Asociación Sanjuanina de Volantes, Luis Giménez Reig, manifestó que el circuito “cumple un verdadero contenido social porque posibilita la realización de espectáculos deportivos que evidentemente llenan una necesidad, como así también puede ser para albergar algún show artístico”.

* La carrera de las Ferrari

En 15 de diciembre de 1968, El Zonda fue sede de una de las fechas de la Temporada Argentina de Fórmula 2, lo cual se veía como punta pie inicial para llegada de la Fórmula 1 al país. En ese contexto, las Ferrari llegaron a San Juan y particularmente, al mítico y flamante autódromo.

San Juan fue la tercera de las carreras del “calendario argentino”, el autódromo tenía un año y dos meses de inaugurado y para recibir el evento se mandaron a construir 21 boxes, también se construyeron duchas para pilotos y mecánicos, algo que fue resaltado por lo novedoso en aquellas épocas. Otro cambio que se inauguró fueron las cabinas para transmisión de radio.

Pilotos como el suizo Clay Regazzoni, el italiano Carlo Faccetti, el italo-argentino Andrea Vianini, el francés Henri Pescarolo estuvieron acompañados por los argentinos Carlos Pairetti, Eduardo Copello, Carlos Reutteman y Jorge Cupeiro.

La carrera fue una fiesta. Los sanjuaninos coparon las tribunas naturales y el encargado de dar la partida fue ni más ni menos que Juan Manuel Fangio. Copello tuvo que correr con una fina capa de yeso por un accidente callejero de unas semanas antes.

Fueron 70 vueltas que se convirtieron en 226 kilómetros de recorrido. Finalmente, el dominio fue para el Ferrari Dino 166 del italiano Andrea De Adamich, secundado por el francés Jean Pierre Beltoise con un Matra Cosworth y en tercer lugar el austriaco Jochen Rindt con un Brabaham. El argentino mejor clasificado fue Copello en octavo lugar con el Brabaham Cosworth.

* La pista del mítico Traverso

Juan María Traverso es el máximo ganador del TC 2000 en el Autódromo El Zonda-Eduardo Copello, con seis triunfos. Incluso, una de las curvas del recorrido lleva su nombre.

El ‘Flaco’ obtuvo la primera victoria en la pista sanjuanina en 1987 con Renault Fuego, posteriormente se impuso en 1996 con Peugeot 405 (única victoria de la marca en ese autódromo). En 1998 ganó tres carreras seguidas, las dos del 10 de mayo y la primera de la fecha del 30 de septiembre todas con Honda Civis. La última que ganó fue su último triunfo en la categoría con Toyota Corolla el 9 de septiembre de 2001.

Ningún fanático del automovilismo puede olvidar la maniobra entre Juan María Traverso y Juan Manuel Silva en la curva de los tontos durante esa jornada. Traverso definió la victoria en una de las últimas curvas de El Zonda, en la última vuelta, doblando a la par y con toque sobre el auto de Juan Manuel Silva quien iba adelante. También llamada curva de los mirones, posteriormente y por esa maniobra, pasó a llamarse curva Juan María Traverso. Esa fue la despedida triunfal del ‘Flaco’.

* Inesperado y único

Una carrera que quedará siempre marcada en la memoria de los fanáticos es aquella del empate en el Súper TC2000, algo inédito en el automovilismo mundial. El domingo 5 de octubre de 2014, fue el día en que una carrera de automovilismo terminó empatada hasta en las milésimas en el Autódromo El Zonda.

Matías Muñoz Marchesi con Chevrolet Cruze y Leonel Pernía con Renault Fluence, completaron la carrera ambos en 42 minutos 35 segundos 822 milésimas luego de 31 vueltas.

Después de más de una hora de deliberaciones tras la conclusión de la competencia, la CDA del ACA resolvió recargar al piloto del equipo Renault por considerar que, en busca del triunfo, realizó una maniobra fuera de reglamento, y lo bajó a la segunda posición. De esa manera, tras el 'empate técnico' el chaqueño Muñoz Marchesi logró su única victoria en la categoría debido al recargo a su rival.