Familias en cuarentena: 10 consejos de una psicopedagoga para organizar la convivencia
Como responder a las nuevas demandas y enfrentar los desafíos emocionales sin caer en las reacciones extremas.
Como responder a las nuevas demandas y enfrentar los desafíos emocionales sin caer en las reacciones extremas.
Colaboración: Licenciada María Gladys Herrada / Matrícula profesional 040
La crisis sanitaria que estamos padeciendo en muchos países y la cuarentena establecida por el gobierno de nuestro país para evitar y disminuir el contagio del coronavirus obliga a las familias a permanecer en casa poniendo a prueba la convivencia familiar.
¿Cómo organizar la convivencia familiar para que sea una experiencia positiva para padres, hijos y la oportunidad para la asimilación de nuevos aprendizaje?
Nos vamos a enfrentar con desafíos emocionales. No caer en dos reacciones extremas: displicencia o paranoia.
Displicencia: es soberbia de creer que a mí no me va a pasar nada, descreer de todo y de todos. Reacciones ante cualquier fuente de poder.
Paranoia: miedo extremo, temor constante a contraer el virus, enloquecimiento. Ni displicencia ni paranoia. Los costos de estas actitudes son peligrosos.
Los padres deben informarse, tomar las medidas explicitadas por especialistas, la OMS y medidas adoptadas por los gobernantes para evitar y/o disminuir los contagios. Cuidarnos y cuidar a los demás y tratar de vivir de la mejor manera posible. Hay personas que en el aislamiento cantan, bailan y nos hacen reír con los memes y videos.
En estos días el miedo puede ser una de las emociones más intensas. Si bien el miedo es la emoción que nos protege del peligro en situaciones nuevas y que no conocemos, es normal que se nos active. En estos días los niños ven a sus padres preocupados, escuchan hablar de la muerte, no pueden salir de la casa, jugar con sus amigos, concurrir a la escuela, cumpleaños, deportes.
Todas estas limitaciones genera incertidumbre y frustración. En ocasiones es posible que vean a sus padres sobrecargados. Es necesario ser honestos con ellos y comunicarles como nos sentimos y que esperamos de ellos. De esta manera estamos abriendo y estimulando un espacio de confianza para que ellos identifiquen y expresen sus sentimientos, saberes, dudas sobre el coronavirus y puedan preguntar lo que quieren saber. Se abre así la posibilidad de practicar la escucha activa y la comunicación.
Es el momento de establecer pactos, trabajar la empatía y la comunicación. La organización familiar se vuelve indispensable para compaginar trabajo, deberes y tiempo libre.