El 23 de noviembre de 1977, hace exactamente 40 años, un terremoto de magnitud de 7,5 despertó a San Juan y dejó a Caucete y sus zonas aledañas en un panorama de muerte, derrumbes, grietas y pobreza. El departamento sanjuanino quedó cubierto de adobes y desolación y justamente eso es lo que se observa en cinco videos inéditos a los que DIARIO DE CUYO tuvo acceso de modo exclusivo.

 

Las imágenes, en blanco y negro y sin sonido, forman parte de los archivos que celosamente guarda Carlos Ceremido y que fueron digitalizados para el nuevo aniversario del fatal terremoto cuyo periodo destructivo duró más de un minuto. Tras su paso dejó 65 muertos (según las cifras oficiales) y más de 300 heridos.

 

 

Según los registros de periodísticos de uno de los movimientos más fuertes que han sufrido estas tierras, el sismo que dejó a Caucete en ruinas estuvo compuesto en realidad por dos movimientos seguidos que se produjeron con distintos epicentros. El primero se registró a las 6 horas, 26 minutos y 23 segundos con una magnitud de 6,6 grados en Richter y epicentro en el extremo noreste del cerro Pie de Palo, a una profundidad de 17 km. Exactamente 21 segundos después se desencadenó el terremoto principal, que alcanzó los 7,4 grados con epicentro al sudeste del mismo cerro y una profundidad de 25 km. La unión de los dos terremotos fue la causa de la larga duración de la fase destructiva del fenómeno.

 

La suerte de los alumnos

 

Una de las cintas muestra la destrucción total de la escuela Normal de Caucete. Por fortuna, la hora en la que se produjo el terremoto les jugó a favor a los alumnos, debido a que aún no se iniciaba la jornada.

 

Aunque el edificio era nuevo, sus vidrios explotaron, parte de los techos y paredes se derrumbaron y la galería quedó por completo en el suelo.

 

 

Tras el desastre, el Gobierno decidió dar por terminado el ciclo lectivo en el departamento. Mientras que la escuela fue demolida por completo y los alumnos debieron tomar clases José Chirapozu durante los siguientes 5 años, hasta que se inauguró el edificio pos terremoto del establecimiento.

 

El adobe, un enemigo

 

El terrible terremoto dejó en el suelo la mayoría de las viviendas construidas con adobe, que se transformaron en una trampa mortal. Según los registros de la época, la mayoría de los fallecimientos se produjeron como consecuencia de los derrumbes.

 

El siguiente video muestra el efecto del movimiento en una vivienda de estas características.

 

 

 

 

Según datos del Inpres, de las 1.700 casas de adobe que había en Caucete se cayó el 72 por ciento; de las 340 de 9 de Julio colapsó el 74 por ciento; de las 260 de Angaco desapareció el 60 por ciento; de las 670 de 25 de Mayo, el 74 por ciento. En Pocito cayó el 70 por ciento de las 2.000 viviendas de adobe que existían y en Rawson, el 54 por ciento de las 6.700.

 

El temor se instaló en la población

 

Tras el terremoto, y mientras personal de distintas fuerzas analizaba el estado de las construcciones que habían quedado en pie, se registraron 340 réplicas. Ante esa situación y con el temor a flor de piel, las familias optaron por dormir durante varias noches en el exterior. Y también se trasladaron a las veredas, calles y espacios verdes otras actividades cotidianas.

 

El padre Antonio Andrade, por ejemplo, ofrecía las misas e incluso casaba a las parejas en la vereda de la parroquia Cristo Rey, a pesar de que la parroquia, que recién se había construido y aún ni siquiera había sido inaugurada, no sufrió daños estructurales.

 

 

No se salvó ni el banco

 

Un boquete en medio de una de sus paredes y gran cantidad de grietas dejaron al edificio de la sucursal caucetera del Banco San Juan inutilizable.

 

 

 

 

Tras el episodio y hasta la reconstrucción, el banco funcionó en la vivienda que estaba a su lado, en la que normalmente se asentaba el gerente designado junto a su familia.

 

Las emblemáticas bodegas, gravemente afectadas

 

El sismo dejó inmerso además al departamento en un grave escenario de pobreza, principalmente por las pérdidas millonarias que generó en el sector productivo. En ese marco, las tradicionales bodegas del departamento se vieron gravemente afectadas.

 

Sus edificios colapsaron, las maquinarias quedaron debajo de los escombros y las piletas y cilindros de almacenamiento del vino sufrieron roturas.

 

 

 

 

Fuente: Archivo de DIARIO DE CUYO, Inpres

Video: Archivos Carlos Cerimedo