Si existe un símbolo de unión entre el pueblo sanjuanino y el chileno es en esencia el Paso de Agua Negra y la futura construcción del Túnel Binacional. Tener un camino en buen estado permanente a Chile, a través del mencionado paso, fue una idea que comenzó a tomar forma durante la gobernación de Federico Cantoni, quien en 1932 ya realizaba gestiones y tareas basadas en la unión bilateral y la necesidad de infraestructura en la zona. Dos conceptos que, 85 años después, parecen muy habitúales en torno a la obra vial que se encuentra actualmente en pleno proceso licitatorio para definir qué empresas realizarán la construcción del túnel.
Lo que hoy parece casi un hecho, fue en algún momento un trabajo de hormiga acompañado de grandes apuestas políticas. Pasaron treinta años desde las obras del gobierno cantonista hasta que comenzaron a ejecutarse seriamente los primeros trabajos en la Cordillera de los Andes. Tres años después del gran terremoto que sufrió la provincia, el por entonces gobernador, Ruperto Godoy, inauguraba obras del camino a Chile en Jáchal. De esta manera se iniciaba formalmente el paso por Agua Negra, al que se bautizó originalmente como Presidente Perón.
Llegada la década del "50, Vialidad Provincial acelera los trabajos en esta ruta sobre la base de los yacimientos mineros en Arrquintín y Agua Blanca, donde se explotaba wolframio, fluorita y cobre. Esto ya evidenciaba que la zona sería vital en la unión productiva y económica del continente. Actualmente, el túnel que se está licitando será el eslabón final del Corredor Bioceánico, que unirá el puerto de Porto Alegre (Brasil) con el de Coquimbo (IV Región de Chile) a través de un túnel cordillerano de 14 kilómetros que abrirá las puertas del Mercosur al mercado Asia-Pacífico liderado por China e India.
Las obras estuvieron paralizadas por cuestiones técnicas y de costos durante la segunda mitad de la década del "50, según explica el historiador Ricardo Iribarren Avilés en su libro "Agua Negra, Historias de un camino". Como consecuencia, en 1963, se puso en marcha una iniciativa privada para construir una vía internacional que uniría San Juan con Coquimbo por el camino de Las Tórtolas. Sin embargo, el por entonces gobernador Leopoldo Bravo decidió apostar por la idea cantonista y puso a trabajar topadoras, motoniveladoras, camiones y más de 150 hombres en el mantenimiento y recuperación del camino de Agua Negra, que finalmente fue inaugurado el 1 de marzo de 1965.
Al año siguiente, la Asociación de Volantes de San Juan realizó la primera competencia automovilística para unir la provincia con la mencionada localidad portuaria. Las carreras se repitieron cuatro años consecutivos. Entrados en la década del "70, la bilateralidad, hermandad y vínculos productivos asociados a Agua Negra quedaron relegados prácticamente al olvido por el litigio limítrofe sobre el Canal de Beagle. El hecho que mantuvo en vilo y situación de guerra a ambos países generó una situación tan tensa entre los gobiernos militares de Videla en Argentina y Pinochet en Chile, que el paso internacional se cerró definitivamente en 1977. Posteriormente, con el regreso de la democracia al país y con Bravo nuevamente como gobernador de San Juan, se iniciaron gestiones para la reapertura del camino, la cual recién se oficializaría en 1991.
UN NUEVO IMPULSO
Siete años después, la idea de la construcción del túnel volvió a tomar relevancia de la mano del por entonces senador nacional José Luis Gioja, quien entrevistado por DIARIO DE CUYO en 1998 explicaba la necesidad de la obra vial y su inminente incorporación al presupuesto de ambos países en los años siguientes. Gioja continuó materializando el sueño del túnel de Agua Negra ocupando puestos nacionales claves y convirtiéndose posteriormente en gobernador de la provincia de San Juan (2003).
Las tres gestiones de gobierno giojista estuvieron abocadas firmemente a la construcción de la megaobra utilizando como apoyo inicial los acuerdos de complementación suscritos entre abril de 1986 y octubre de 2002.Una de las grandes tareas del exgobernador fue volver a consolidar los lazos de amistad, complementación económica, turística y tecnológica. Siempre con la macrovisión de unir productivamente a todo el continente latinoamericano con los mercados asiáticos.
La década comprendida entre 1999 y 2009 fue clave en materia de realización de estudios, análisis de demanda, flujos de transporte y carga. Se avanza también en estudios geológicos, hidrológicos, geotécnicos y en un diseño conceptual del túnel.
Fue en 2002 cuando las gestiones el gobierno provincial dieron resultado y el por entonces presidente Eduardo Duhalde y su par chileno, Ricardo Lagos, firmaron un acta de intención para llevar a cabo el desarrollo del Túnel. Tres años después, fue el presidente Néstor Kirchner y su par chileno quienes firmaron una nueva declaración de integración entre ambos países, dejando en claro la voluntad de concretar el proyecto.
La nueva era del túnel empieza a erigirse entre el 2009 y 2011, cuando Argentina encarga primero el estudio y diseño conceptual y luego, el diseño de ingeniería básica y de impacto ambiental de la obra cordillerana. Finalmente el 13 de mayo de 2009 se dan a conocer los primeros cálculos oficiales con respecto al costo. En ese momento fue valuada en 800 millones de dólares, aunque el costo actual asciende a 1.615 millones de dólares, de los cuales Argentina deberá costear el 65% y Chile lo restante.
El exgobernador Gioja realizó innumerables viajes a diferentes países y provincias argentinas (Córdoba y Santa Fe) desde el inicio de su gestión en 2003 para promover e incentivar los beneficios productivos que implicará con la construcción del túnel, eslabón final del Corredor Bioceánico. Sin embargo, una de las reuniones clave fue en territorio local, cuando el mandatario sentó en la misma mesa a los presidentes Ignacio Lula da Silva (Brasil), Cristina Fernández (Argentina) y Michelle Bachellet (Chile) en el marco de la cumbre de presidentes del Mercosur realizada en San Juan.
Finalmente los mandatarios firmaron un memorando de entendimiento que respaldó internacionalmente la futura construcción del túnel. Cabe resaltar que el evento presidencial que revolucionó a la provincia allá por 2009 sirvió de base para que en octubre del mismo año se suscribiera un "Protocolo Complementario al Tratado de Maipú" (ver aparte) para dar creación a una entidad binacional que tuviera el objetivo de conducir y analizar los estudios vinculados a Agua Negra y dirigir las etapas vinculadas a una eventual construcción. En 2010 finalmente queda constituido el EBITAN, con la clara intención de avanzar con los trámites vinculados a la construcción vial que permitirá el desarrollo integral del proyecto.
Pasaron dos años hasta que los presidentes de ambos países autorizaran el llamado a licitación de la megaobra, una noticia trascendental que vaticinaba prácticamente la puesta en marcha de la histórica idea cantonista. El compromiso de ambos ejecutivos firmado en 2012 requería el visto bueno legislativo de las ambas naciones. Dicha aprobación recién se obtuvo en 2015, cuando la Cámara de Diputados de la Nación Argentina convirtió en ley el proyecto. Chile hizo lo propio en mayo del mismo año.
Resulta evidente que la magnitud e importancia que reviste la obra supo mantenerse firme a través de los históricos cambios de gobierno y colores políticos a nivel nacional, provincial e internacional.
Fue así que el actual gobernador sanjuanino Sergio Uñac, continuó con esmero las gestiones por el túnel y a tan sólo ocho días de que Mauricio Macri asumiera como nuevo presidente de la Nación (2015), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció que otorgará un préstamo de 1.500 millones de dólares para financiar la obra de Agua Negra. La noticia generó el empuje necesario para que los gobiernos de ambos países aceleraran las tratativas y así tratar de adjudicar la construcción de la obra en el primer trimestre de 2018, antes que termine el mandato de la presidenta chilena Michelle Bachellet. De esta manera se dará inicio a una nueva etapa de un sueño de unión continental, que superando los 85 años de historia sanjuanina, sigue más vigente que nunca.
Los momentos clave