Todavía no puede creer lo que vivió el pasado sábado por la noche cuando, por votación del jurado, se convirtió en la Reina del Sol de Rawson. Laura Natalia Maril tiene 26 años, vive en el Médano de Oro y no sale de su asombro. Si bien contó que en el fondo tenía esperanzas, el resultado fue más de lo que esperaba. La chica, que vivió en Buenos Aires, dijo que no cambia por nada la tranquilidad sanjuanina y es la que la salvó. Tras un pico de estrés que hizo que hasta tuviera que abandonar sus estudios de Odontología, Laura encontró en las tierras del Médano de Oro la paz que necesita para empezar de nuevo. Llena de expectativas dijo a DIARIO DE CUYO que disfrutará al máximo la carrera a la corona, más allá de los resultados. 

-Hace unos años hiciste un quiebre en tu vida. ¿Qué te sucedió? 

-Estudiaba Odontología, trabajaba en el hospital y de ahí corría hasta la facultad. Llevaba una vida de locos y me dio un pico de estrés. Entonces, por recomendación médica dejé los estudios. Ahora, más repuesta y con muchas fuerzas volveré a retomar la facultad el año próximo. 

-¿Esta fue la situación que más te marcó la vida? 

-No. Fue la muerte de mi papá. Eso sin duda fue una visagra. Falleció hace 6 años y medio y fue un golpe duro. Luego de eso tuve mis bajones. Él estuvo relacionado con la medicina y era un gran apoyo. Por eso su pérdida también me desequilibró. Ahora su recuerdo es la fuerza que necesito para seguir.

-¿Qué te motivó a presentarte como candidata a Reina de la Fiesta del Sol? 

-Fundamentalmente mis amigos y mi familia. Pero que cambiaran los requisitos me dio el pie para ser reina. Lo mejor que hicieron fue cambiar las bases porque además sirvió para que otras chicas también se presentaran. 

-¿Tuviste compañeras que eran madres?

-Sí, eran unas 5. Compartir los días previos a la elección con ellas fue emocionante. Me conmovió ver cómo tomaban la maternidad y cómo se organizaban responsablemente para cumplir con todo. Algunas estudian y trabajan y a todo le ponen el mismo empeño. Las admiré. Me muero por ser madre y tener una familia. 

-¿Te gusta comer? 

-Amo comer. Pero tengo mis límites. Me cuido, hago danza árabe y voy al gimnasio que está en la casa de mi mamá. Me mantengo, pero no tengo problema de comerme una hamburguesa con papas fritas. 

-¿Estás preparada para las críticas? 

-Hay que estar siempre preparada para eso, no sólo en el marco de una elección. La vida te da cosas buenas y cosas malas. Una no le puede gustar a todo el mundo. Pero hay que bancársela. Las malas críticas no me influyen. En todo caso, aprendo. 

-¿Cómo ves a San Juan? 

-Lo que rescato de esta provincia es su pujanza. Desde que estoy acá no paró de crecer. Tiene mucho para dar, desde lo industrial hasta en lo agrícola. Es un tesoro. Lo otro que me gusta es la tranquilidad del sanjuanino. Siempre tiene tiempo para un mate, para un asado y para pasar tiempo en familia. A mí me gustan mucho los domingos por eso. Me gusta el día rodeada de afectos con un buen asado o pastas. -¿Cómo ves al gobierno actual? -En general no me gusta hablar de política, pero como ciudadana puedo decir que, a nivel provincial, el gobernador Sergio Uñac está tratando de ocuparse de a poco de las deudas pendientes. Y a nivel nacional, la situación está muy complicada. De todos modos tengo esperanza y creo que vamos a salir adelante. 

-Si fueses presidenta, ¿qué harías primero? 

-Son muchas las necesidades. No hay una prioridad, pero tal como están las cosas apuntaría primero a la educación. Y no sólo se trata la que se da en las escuelas. Es un tema cultural más amplio. No dejaría de lado la inseguridad que es algo que preocupa a todos.