En diálogo con DIARIO DE CUYO, uno de los jóvenes que vivió en carne propia el miedo de permanecer cuatro horas colgando tras la rotura de un juego en el parque de diversiones de Rivadavia, contó que sintió cómo el aparato crujió tres veces antes quedarse trabada.

"Yo estaba tranquilo porque he trabajado en un lugar así, sé lo que es, gracias a Dios no pasó nada grave", dijo el chico que había subido junto a su hermano.

"No es normal que cruja ni una vez, es porque algo va a pasar", indicó. "Antes ya me había subido y no pasó nada", sostuvo el chico que estaba un poco adormecido porque alguien lo apretaba.

"La gente estaba bastante nerviosa y una chica que estaba al lado mío se descompuso", agregó Emmanuel.