Que no se sorprenda el vecino, si a lo largo del año, en el departamento en el que vive inauguran una escultura, la que seguramente le remitirá al Carrusel del Sol, que tuvo lugar hace apenas dos días. Para muchos municipios la estatua en cuestión, será, sin temor a exagerar, la primer obra de arte público. 


¿De dónde y cómo surgió esa estructura artística? Con la impronta de hacer una Fiesta Nacional del Sol más sustentable que nunca, la instancia más popular de este evento -el Carrrusel- hizo propias las banderas del reciclado, la refuncionalización, la reutilización y como si fuera poco, la resensibilización en cada uno de los carros y todo lo que iba a su alrededor. Entonces por un lado se propuso desde la Dirección Artística -liderada por Ariel Sampaolesi- que se apelara a un gran porcentaje de material en desecho o desuso de los carruajes de años anteriores que estaban abandonados en los galpones, talleres o depósitos municipales para la construcción de la estructura de esta edición. De hecho, algunas intendencias reaprovecharon entre un 40 y un 80 por ciento de ese material. Y en otras, incluyeron el aporte de objetos o elementos donados por los mismos vecinos.


Pero además, se soñó, como requisito clave, que el corazón de cada carruaje estuviese materializado en un tótem de varios metros de alto, donde se concentran imágenes representativas de la Fundación (remitiendo al pasado)-Evolución (el presente) -Revolución (futuro) de cada departamento. Se pedía, según explicó Sampaolesi, que esta enorme estructura -para la cuál no había medidas ni formas definida sino que cada equipo de diseño podía adaptarla a las necesidades de lo que quería contar- fuese autónoma, autoportante y durable. ¿Para qué? Para poder separarla del carro para que pudiese seguir teniendo vida más allá de la pasada de un kilómetro por el Corsódromo de calle Fernández, frente al Predio Costanera.


Es más, la propuesta de la organización quedó escrita en las bases del Carrusel: cada enorme columna debería ser desmontable para poder emplazarse en tierra firme y así convertirse en una pieza de arte público. Para lograrlo, cada departamento podrá decidir dónde la ubica: si lo hace en una plaza, una rotonda, la puerta de la municipalidad, el portal de ingreso al departamento, u otro sitio.


"La finalidad es que este tótem se constituya en un objeto estético de consumo cultural para la comunidad toda y que pase a ser parte integrante del equipamiento urbano como una obra artística para admirar. Esto pone en valor el vínculo arte y comunidad'', agregó el artista, responsable de la iniciativa que hasta el momento sólo tiene vigencia para la edición de la FNS 2020.


Los tótems o columnas ilustraron en una línea del tiempo los principales acontecimientos de los 19 departamentos de San Juan: desde el hito fundacional pasando por situaciones políticas, sociales, económicas y culturales que hayan marcado la vida del lugar y la identidad de sus habitantes. Se realizaron con desechos pero también con jardines verticales de flora autóctona. Entonces se pudo ver piedras, cerámica, durmientes, pallets, cajones de madera, piezas de carpintería y herrería abandonadas, chapones, piezas de vehículos o objetos de uso doméstico desechados, conviviendo con cactus, aromáticas, suculentas, flores, arbustos, helechos, plantas silvestres. 


Además de los tótems, el resto de los carros se compuso de otros tótems mas pequeños que representaron a las comunidades vecinas en los cuatro puntos cardinales, señalados en una especie de rosa de los vientos (otra de las partes fundamentales del proyecto) y un coro que fue relatando con melodías, entre otros elementos escenográficos, estos sucesos fundamentales.


"Desde un comienzo concebimos que este Carrusel pudiese trabajar con elementos que componen lo que se denomina chatarra cultural, es decir el producto desechado de otros eventos culturales, para convertirse en un verdadero hecho artístico que a su vez cobre un nuevo significado y valor. Que no quede como chatarra sino como obra de arte'', comentó.


Hasta ahora ningún intendente o secretario de obras municipal tiene decidido el lugar definitivo para esta parte del carro. Ni tampoco la fecha en que lo bajarán del carro para enclavarlo como parte de su patrimonio cultural. Eso sí todos ya están trabajando para encontrar el mejor destino.


 

>  Tres buenos ejemplos

 


Caucete ya tiene desde el viernes 28, una nueva estatua disponible con el imponente Pie de Palo, la tierra de los huarpes y sus viñedos a la hora de hablar de la fundación en 1851. El totem también incluye una escalinata que remite al pedido de los promesantes a la Difunta Correa para la evolución de la industria y la revolución de una ciudad moderna y potente que no deja de recordar -por medio de la estructura de una vivienda- el terremoto del que fue víctima pero que superó con creces.

Albardón centró en el corazón de su carruaje símbolos de Las Tapias (como el mangrullo) a Las Lomas, de la Cañada al Rincón a través de sus minerales, el travertino, los gauchos, el ferrocarril. Pero a la hora de demostrar la evolución y revolución del departamento apeló al terremoto, las vertientes del Salado y la adrenalina que se vive en el Villicum.


 

Chimbas demuestra artísticamente como el pueblo pudo reinventarse, en las distintas etapas desde 1913 (año de la fundación), entre los brazos de un río con imágenes que remiten a la Columna Cabot, el cambio arquitectónico en la Costanera, el fervor del Carnaval y las ansias por abrirse al futuro (simbolizado por puertas y ventanas). 

Fotos: colaboración equipos de Prensa y equipos de Carrusel de los departamentos Chimbas, Caucete y Albardón