Es la era del twerking, del femme style, del shake. Con mensajes reivindicativos, cámaras lentas y close ups detallados, los glúteos parecen haberse convertido en declaraciones en sí mismos. Mientras se debate si eso es feminismo, exhibicionismo o cualquier otro tipo de ismo, la industria cosmética parece estar dispuesta a aprovechar la "gluteomanía".

Luego del furor por las mascarillas para la cara, las principales firmas de belleza descubrieron que muchas estamos dispuestas también, a untarnos preparados y a pegarnos stickers en nuestro traseros, para sentarnos, literalmente, a esperar que la magia ocurra.

Trasero millennial

La empresa norteamericana Bawdy Beauty es, como buena marca millennial, vegana, bio y desfachatada. Fue una de las primeras en descubrir un mercado compuesto principalmente por un público activo en las redes sociales que quiere mejorar su retaguardia. Para ellos (no están destinadas solo a mujeres), lanzó su primer cuarteto de máscaras "para culo" y no, no usan ningún eufemismo para promocionarlas. Su lema es "la cola es la nueva cara" y sus productos estrellas son unos enormes stickers en forma de bombachita culotte, que se pegan en las nalga y liberan sustancias embellecedoras. Por este invento, Bawdy Beauty es considerada "el hada madrina de las nalgas". Sus productos tienen nombres elocuentes que además, vienen escritos en las máscaras: Bite it! (¡Mordelo!), Shake it! (¡Sacudilo!), Slap it!(¡Abofetealo!) y Squeeze it! (¡Exprimilo!). Como las mascarillas son de colores intensos y calzan a la perfección, muchas consumidoras aprovechan el momento para...sí, adivinaste ¡subirlo a Instagram! Cada mascarita vale 9 dólares y garantiza cientos de likes.

 

Derriere de luxe

Pero no todo son memes, colores y audacia. La marca de lujo francesa Nennette de Gaspé exige un compromiso mayor con tu "derriere" a nivel dinero y tiempo. A cambio de 200 euros, ofrece un pack con un formato que promete incrementar el volumen, mejorar la elasticidad y apuntalar la firmeza. Eso sí, para cumplir los objetivos, son necesarias cinco semanas de uso, es decir, cinco packs, y permanecer con la máscara pegada durante un ahora. Son mucho más discretas porque no, no están diseñadas para redes sino para usuarias discretas respecto a sus trucos de bellezas. Otras firmas como Lab Co lanzaron líquidos astringentes para deshacerse de aquellos defectos que nadie compartiría en redes ni por error: ¡el acné de trasero!

Ingredientes naturales

Lejos de las sustancias sintéticas y los químicos, en la mayoría de las marcas que apuntan a mejorar la retaguardia, las estrellas son ingredientes como por ejemplo, el colágeno extraído de semilla de girasol, el aloe vera y la manzanilla, para combatir la pérdida de elasticidad, la sequedad, el acné y la irritación. Estas firmas también se valen de ingredientes como algas para lograr "cachetes luminosos", y concentrados de cafeína, naranja y bayas de goji, para dejarlos lisitos. Aunque podés seguir en movimiento mientras te pegas los super parches (el tiempo indicado es de quince minutos), la marca recomienda mejor quedarte sentada sobre una superficie firme, de manera que los elementos penetren bien tus poros.

Hacelas vos misma

En un mundo cada vez más obsesionado con lo natural, junto a las mascarillas surgieron también centenares de tutoriales para lograr los mismos resultados con las frutas y verduras que tenés en tu casa. En la mayoría de ellos, no hay fórmulas complejas sino más bien mezclas clásicas como banana y miel para nutrir, manzana y uvas trituradas para iluminar, pepino y palta para hidratar y yogur y con sal gruesa para exfoliar. Antes de ponerte a hacer papilla, o a rastrear las mascarillas, es recomendable saber qué esperar realmente.

Desenmascarar

Según Belén Douchin, Cosmetóloga y Esteticista del spa Osiris, no es del todo realista aspirar a grandes cambios por aplicaciones superficiales como las de las mascarillas, sin importar cuánto tiempo las dejes. Si bien algunos ingredientes como el Ginkgo Biloba pueden mejorar la apariencia de la celulitis por ejemplo, no es posible actuar por ejemplo, en la estructura de la grasa o la masa muscular, por más tiempo que pases sentada sobre una mascarilla. "En los centros estético ofrecemos tratamientos integrales como radiofrecuencia, succión y masajes justamente porque no fácil alterar la estructura de los tejidos", explica. "Generalmente, las máscaras llegan como complementos pero no son tratamientos de por sí. Por ejemplo, cuando se realiza una limpieza express se usa un método llamado "la punta de diamante" que permite una exfoliación mecánica. Luego sí se aplica una mascarilla que puede ser de vitamina C, de oro o arcilla secativa, según el tipo de piel", explica.Quienes quieran cambios potentes, entonces, no deberían tomar esta moda muy en serio. Al parecer, no hay nada nuevo bajo el sol: el ejercicio, la dieta balanceada y los tratamientos integrales son lo único que funciona realmente, aun cuando nos diviertan a rabiar estas mascarillas.