Luciano Pereyra deslumbró y encantó a todos los presentes en el anfiteatro chileno de la Quinta Vergara, durante el Festival de Viña del Mar. Pero como recién subió al escenario rozando las 2 de la madrugada, muchos espectadores comenzaron a chiflar y reclamar la forzosa interrupción, con un recital que duró poco menos de una hora.

El cantante argentino presentó sus éxitos de 20 años de carrera: desde los temas con raíz folclórica, pasando por sus baladas más conocidas hasta los sonidos más urbanos de su último álbum. La ovación del "monstruo" fue total, pero los conductores Martín Cárcamo y María Luisa Godoy apresuraron el cierre de la transmisión, lo que desató enojo y protesta.

Tal como mostró el portal Biobiochile.cl, el público reclamó con gritos varios, como "queremos cantar" y señas negativas hacia los animadores del Festival.

Este no es el único momento que ha enojado al público esta semana, también hubo manifestaciones en contra del abrupto final que tuvo la rutina de Fusión Humor.

Pese al show más corto, Luciano se llevó la gaviota de plata y oro. Hasta dedicó un mensaje por el estallido social en Chile: "No puedo dejar pasar esta posibilidad de tener un micrófono para decir que me entristece la violencia, pero celebro cuando un pueblo sale a hablar por lo que necesita".