Ayer en la mañana ya habían empezado a aparecer en las redes sociales algunas tibias manifestaciones de personas que tenían intención de desahogarse por los datos escandalosos que arrojaba el cuarto caso de coronavirus en la provincia: una médica que burló los controles, se contagió y luego hizo vida normal. Alrededor de las 20 se empezaron a escuchar los primeros ruidos de cacerolas en el centro. Luego las bocinas. Los destinatarios de la bronca eran la profesional y el Gobierno provincial, obviamente. No se vieron manifestaciones a favor o en contra de dirigentes de la oposición sanjuanina, por lo tanto se puede arriesgar que la bronca fue legítima, aunque no se puede medir tampoco, porque no hubo concentración de gente. En la Policía no le daban demasiado crédito, pero las redes sociales sólo hablaban de ello.


En el primer caso de coronavirus positivo también hubo mucha inquietud popular. De hecho, la Policía tuvo que montar una guardia en la casa de la joven que contrajo el virus, tras haber realizado un viaje a Europa. La mujer se recuperó sin mayores consecuencias para su salud y no hubo contagio comunitario. En aquel momento muchas personas se manifestaron indignadas por lo que consideraron una actitud negligente de la paciente quien, como en el caso conocido el lunes, es médica. 


Pero el cuarto caso fue distinto. Mucho más intenso. La bronca, que quedó plasmada en miles de posteos en redes sociales, apuntaba a la negligente actitud de la profesional, pero también al Gobierno provincial por no haber evitado que la médica vulnerara los controles en el Rawson y por haber permitido que su hermano haya viajado en el avión sanitario de la provincia. Al respecto, la ministra de Salud, Alejandra Venerando, dijo ayer que se realizó el mismo procedimiento que se hace con cualquier persona que solicita un traslado y que cumple con los requisitos para hacerlo. Por la tarde declaró en un canal de Buenos Aires que el paciente llegaba a la provincia con tres test negativos de Covid-19 y que fue en San Juan donde se logró hacer un testeo que diera los resultados que verdaderamente habían. Es decir, cuando hizo el vuelo no sabían que tenía Covid-19; aunque el paciente estuvo en un hospital con casos en Malvinas Argentinas, un partido bonaerense que no la pasa bien con la plaga.


La declaración de la funcionaria sanjuanina no logró contener a la gente, que por la tarde exigió su renuncia y se manifestó abiertamente en contra de cómo había manejado el tema el Gobierno sanjuanino. Ningún funcionario provincial se expidió al respecto.