Nació con parálisis cerebral severa, que afecta sus capacidades motrices pero no le dejó secuelas intelectuales. A los 41 años y tras haber cursado como cualquier alumno universitario, haber rendido todas las materias y aprobado su tesina autobiográfica, estrena título, trabajo como investigadora en la UNSJ y muchas ganas por seguir avanzando.